Vaya este canto sanador para reivindicar a las tribus, a los
pueblos indígenas gracias a los cuales estamos todavía aquí.
A las brujas y
brujos que con sus pócimas y sabiduría nos han curado los males, los físicos y
los espirituales.
A los chamanes del mundo, a los guardianes del saber popular,
de las hierbas, de los remedios naturales.
A las gentes del campo que nos han
alimentado y nutrido de manera natural sin química ni adulterantes.
A la tradición oral transmitida desde hace milenios y que
sin su conocimiento, hubiéramos perecido.
A las personas que intentan vivir de
manera coherente con la naturaleza, con sus raíces, respetando su entorno, vaya
este canto.